¿Qué es lo primero que viene a tu mente cuando escuchas la palabra “gasto”? ¿Es una asociación negativa?¿Piensas en “derroche”, “descuido” o “deuda”? En este artículo te compartimos porqué no debes temerle a este concepto y 8 gastos de los que no deberías sentirte culpable.
Un gasto no es más que lo que pagas das a cambio de recibir un bien o servicio. Es decir, un gasto no siempre equivale a una compra impulsiva o “gasto hormiga”. Por algo cuando trabajamos en nuestro presupuesto hablamos de gastos fijos o esenciales y gastos variables o adicionales.
Algunas personas sienten culpa al realizar ciertos gastos o incluso llegar a incluirlos como parte de sus gastos fijos por miedo a perder el control de sus finanzas. Esto muchas veces tiene que ver con que las personas no tienen muy claro cómo es que se gastan su dinero.
Aunque también hay quienes precisamente llevan un control riguroso de su presupuesto pero no ven el valor detrás de ciertos gastos o los consideran irresponsables. Sin embargo, una forma de respetar tu dinero y el esfuerzo detrás del mismo es aprender a disfrutarlo sin irte al extremo de derrocharlo.
Te invitamos a leer esta lista y encontrar al menos un gasto al que deberías quitarle la culpa o dejar de evitarlo.
En México aún existe mucho tabú cuando se trata de la salud mental y hay cierto prejuicio alrededor de ir a terapia. Si esta es una de las razones por las que evitas ir a terapia o crees que es un desperdicio de tu dinero, recuerda que el mal manejo de nuestras emociones y pensamientos se ve reflejado en nuestras relaciones, trabajo, e incluso en nuestras finanzas.
Así que tómate un momento para reflexionar si hoy necesitas cuidar de tu salud mental y emocional, y cómo puedes hacerle un lugar en tu presupuesto. Esto no sólo aplica para ir a terapia, también incluye tomar un curso de desarrollo emocional o incluso pagar una suscripción de una aplicación para meditar, todo dependerá de lo que tú necesites para recuperar tu tranquilidad.
Hemos visto cómo es que la salud se ha convertido en una industria enorme con cursos, programas de fitness, dietas, aparatos, ropa deportiva, vitaminas, etc. La buena noticia es que, a pesar de lo que te diga la publicidad, no necesitas tener todo eso que promueven los influencers en Instagram para cuidar de tu cuerpo.
La ventaja de tener tantas opciones es precisamente que tienes de dónde elegir, lo importante aquí es que empieces en algún lado. Aunque, claro, puedes hacer ejercicio desde casa con rutinas de YouTube para ahorrarte el dinero del gimnasio. Pero si ya estás comprometido con tu salud, no debes sentirte culpable con añadir esta categoría a tu presupuesto. Por supuesto, esto incluye cuidar de lo que comes, así que no olvides convertirla en una de tus prioridades.
Esta categoría va ligada a las dos anteriores ya que precisamente se trata de nutrir tu crecimiento como persona o profesional. Hoy en día, a raíz de la pandemia, existen más cursos y talleres en línea que nunca. Desde cursos de escritura creativa hasta diplomados y talleres especializados en distintas áreas.
Muchos de estos recursos incluso son gratis, pero si de pronto consideras que quieres aprender sobre un tema o desarrollar una nueva habilidad con una organización que es de paga, simplemente tómate tu tiempo para revisar tu presupuesto y ver si es algo que puedes hacer hoy o si debes ahorrar para tomarlo en unos meses.
Uno de los gastos más “castigados” suele ser el compar ropa ya que lo relacionamos mucho con ser un gasto de vanidad. Y, aunque es cierto que la industria del fast fashion promueve el comprar por comprar, tener ropa en buenas condiciones no debe ser negociable. No es lo mismo sacarle el máximo uso a tu ropa que andar con hoyos en los calcetines.
Por eso, cuando notes que la vida útil de tu ropa está por terminar, lo único que tienes que hacer es ahorrar o fijar un porcentaje mensual o semanal que puedes usar o ir juntando para un cambio de guardarropa.
A veces dejamos de lado el mantenimiento de nuestro coche, refrigerador o casa, pensando que son cosas que pueden esperar. Pero con el tiempo, sale más caro el no revisar o darle mantenimiento a las cosas.
Dependiendo de qué se descomponga puede que la reparación o reemplazo te cueste todo tu fondo de emergencia (si es que tienes uno) o que te lleve a crear una deuda en tu tarjeta de crédito.
Otro error frecuente es comprar muebles simples o baratos con tal de no desembolsar cuando en realidad también te pueden salir más caros. Cuando compras muebles de baja calidad, como sillas, sillones o el colchón de tu cama, no sólo dañas tu columna al pasar mucho tiempo en ellos, sino que es fácil que se rompan o te deshagas de ellos más rápido de lo que te imaginas.
Por supuesto si sabes que sólo estarás en tu casa o departamento actual por una temporada y lo único que necesitas es reemplazar un mueble de momento, está bien si no le inviertes demasiado. Pero si se trata de pensar a largo plazo, lo ideal es que busques muebles que te vayan a durar mucho tiempo, así sean comprados en tienda o bazar.
El 2020 ha sido el año de migración masiva del trabajo de oficina al trabajo en casa, para el cual una computadora eficiente y una buena conexión a internet es esencial. Por supuesto, si trabajas para una compañía lo ideal es que ellos te den tu computadora para trabajar. Pero en el caso de los freelancers o emprendedores, es importante que consigan las herramientas de trabajo necesarias para no verse limitados.
Esto aplica tanto para software como para hardware. Por ejemplo, un animador puede necesitar una tableta para diseñar y pagar su suscripción a Adobe. Haz una lista y comienza por lo que es verdaderamente esencial para tu trabajo.
No podemos negar que cuando se trata de hacer ajustes al presupuesto lo primero que se va son los gastos que tienen que ver con el ocio y entretenimiento. Sin embargo, esta estrategia debemos seguirla sólo cuando estamos atravesando situaciones complicadas donde debemos priorizar los gastos básicos.
Gastar en actividades recreativas, como las clases de pintura o comprar un juego de mesa para los espacios en familia, es algo positivo que además le aporta a tu desarrollo como persona. Así que no te sientas mal por ello, aprende a incluirlo en tu presupuesto y disfrutarlo como se debe.
Esperamos que te hayas liberado de la culpa con al menos uno de estos gastos. Recuerda que tener una relación saludable con tus finanzas se trata meramente de llevar un registro consciente de tus gastos y a partir de ello llevar una planeación a corto, mediano y largo plazo para mantener el balance y cumplir tus metas.
Regístrate y recibe en tu correo toda la información para mejorar tu vida financiera.