Crear un presupuesto personal es uno de los pasos más importantes que puedes tomar para poner tus finanzas en orden. Tenerlo te ayudará a comprender exactamente a dónde va tu dinero, para que puedas tomar decisiones financieras más informadas y asegurarte de tener suficiente para cada una de tus necesidades, ordenar tus prioridades para cumplir alguna meta… y hasta para algún gustito.
No tiene que ser difícil ni llevar mucho tiempo, es muy simple: solo se trata de registrar los movimientos de tu dinero, tanto el que entra como el que sale. Este registro puedes llevarlo del modo que más se acomode a tu estilo de vida, puede ser anotando en una libreta, en tu celular, con una hoja de cálculo o hasta con apps. Te acompañamos paso a paso para que aprendas a elaborar tu presupuesto mensual, además al final del artículo encontrarás una plantilla que te será útil para comenzar.
En el aspecto financiero, tener un presupuesto personal es uno de los pasos más importantes que cualquiera puede tomar para llevar una vida económicamente segura. Tener una estrategia de cómo manejar tus ingresos, gastos y deudas (en caso de tenerlas) para tomar decisiones con una mejor perspectiva fomentará que gastes conscientemente, ahorres responsablemente y también tengas mayor comprensión y control sobre tus finanzas.
También ayudará a que tengas una idea totalmente honesta de tus ingresos y cómo puedes estirarlos un poco recortando otros gastos que no son primordiales y así salir de deudas o alcanzar algún objetivo financiero. ¡Es una herramienta increíble!
Si no sabes por dónde comenzar y nunca has realizado un presupuesto, no te preocupes. A continuación te explicamos los pasos para crear tu presupuesto mensual desde cero.
Los ingresos son una parte esencial de la planificación financiera, no podrás crear un presupuesto efectivo si no sabes cuánto dinero tienes. Es importante estar al tanto de todos tus ingresos antes de comenzar a elaborar tu presupuesto para comprender cómo generas dinero de cuánto dispones.
El primer paso es saber exactamente cuánto ganas y de dónde proviene ese ingreso, es importante que no solo hagas una lista con las cantidades, también que especifiques si es un ingreso constante o no (como tu sueldo), si es un monto definido o puede variar y la fecha en la que se pagó. Regístralo en una tabla u hoja de cálculo, según el método que elijas.
Otro paso fundamental para tu presupuesto es registrar todos, pero en serio todos, los gastos que tengas sin importar si son muy grandes o pequeños.
Separar los gastos fijos de los variables y los imprevistos. ¿Cuál es cuál? Los gastos fijos son los que son constantes cada mes y son esenciales o difíciles de omitir: renta o hipoteca, primas de seguro, servicio de luz, agua, gas e internet, pago de tarjetas de crédito o mensualidades de créditos y ahorros.
Los gastos variables no tienen un periodo ni monto definido, cambian según las actividades que impliquen, los gustos de cada persona y en general no son esenciales: entretenimiento, comida fuera, etc. También incluyen los gastos imprevistos como gastos de salud, mantenimiento o arreglo del auto u hogar.
Ahora que tienes estos datos, podrás saber en qué se va tu dinero mes a mes y así identificar áreas de mejora en tus hábitos financieros. Llevar el control de gastos te hará notar en qué gastas de más para hacer ajustes, ya que un presupuesto no es solo informativo, también tiene el propósito de ayudarte a formar un plan de acción y ahorro con metas realistas. ¡Por más pequeño que sea el ahorro, todo suma!
Por ejemplo, puedes fijar una meta de ahorro a partir de recortar algún gasto con una determinada cantidad mensualmente, de acuerdo a tus posibilidades y después de un tiempo puedas utilizarla como inversión. Lo importante de este paso es que la cantidad sea realista que realmente puedas ahorrar, de lo contrario será muy difícil que cumplas tu meta.
Sí, un presupuesto sano tiene reglas a seguir, apegarse a ellas te ayudará a mantener el orden en tu presupuesto. Establecer reglas es un compromiso personal y su éxito depende de nosotros.
La regla más popular es la de 50-30-20, que consiste en fijar un límite para cada tipo de gasto de esta manera: 50% se destina a los gastos fijos, es decir lo que necesitamos. El 30% a los gastos que queremos, como entretenimiento o recreación. El 20% a ahorros y deudas o compromisos financieros. Un ejemplo de presupuesto bajo esta regla sería así:
En este sistema la clave está en identificar cuáles son nuestras necesidades y qué cosas simplemente queremos. Por ejemplo, si tu trabajo necesitara acceso a películas y series entonces los servicios de streaming se volverían una necesidad.
En este caso siempre es importante comenzar por tener un fondo de emergencias. Después tenemos que pagar deudas que tengamos y luego el ahorro para el retiro. Los ahorros para productos o servicios que queramos son la cuarta prioridad.
Después de hacer el esfuerzo por registrar, analizar y ahorrar con nuestro presupuesto, es importante darle seguimiento. De nada servirá el esfuerzo que hiciste al registrar tus ingresos y gastos si no lo revisas y haces una valoración de tu comportamiento financiero para identificar hábitos buenos y malos que podamos ajustar.
También debes evaluar si el presupuesto te ayudó a cumplir tu meta financiera y a qué velocidad, es posible que encuentres mejoras. Te recomendamos monitorearlo mensualmente y evaluar tu avance cada tres meses.
En las finanzas pocas cosas se mantienen como constantes. Aun si tienes un trabajo con un salario fijo puede haber variaciones en tus ingresos como bonos, aguinaldo o comisiones. También habrá meses donde tengas gastos irregulares por algún imprevisto y hay que adaptar el presupuesto a eventos como alguna enfermedad, accidente o reparación urgente.
Contar con un fondo de emergencia puede ser un gran alivio en esas situaciones, pero si no lo tienes probablemente tendrás que recortar algún gasto no esencial para cubrirlo o tomar una parte de tus ahorros que posteriormente tendrás que reponer ajustando tu presupuesto en los meses siguientes.
Las deudas pueden perjudicar tu presupuesto y demorarte al alcanzar tus metas y estabilidad financiera, principalmente las deudas que se te van de las manos como las tarjetas de crédito. Y aunque no todas las deudas son iguales, es importante que identifiques su prioridad según el costo que tengan para ti, ya que no es lo mismo una compra a meses sin intereses, que será una deuda más barata, que dejar de pagar o pagar solo el mínimo de una tarjeta de crédito donde los intereses aumentan diariamente en función al saldo por pagar, haciendo crecer el monto cada vez más.
No pierdas de vista las deudas y ordénalas de la más costosa a la más barata para definir la prioridad de cada pago (esto no quiere decir que dejes de pagar alguna). Considera estos pagos dentro de tu presupuesto como gastos fijos, si es necesario recorta el porcentaje que destinas al ahorro temporalmente y destínalo a la duda, además de recortar otros gastos o buscar ayuda de algún préstamo personal que pueda ayudarte, siempre y cuando tenga un costo de interés menor al de tu banco y se convierta en una deuda de menor costo. Échale un ojo a Digitt y verás como eventualmente retomas el control de tus finanzas.
Ponlo en práctica cuanto antes, te dejamos esta plantilla que puede ser útil para comenzar, posteriormente podrás hacer un formato que se adapte totalmente a ti.
Haz una copia del archivo para poder ingresar tus gastos en cada categoría, recuerda incluir todos los movimientos de tu dinero para tener mayor efectividad.
Ahora que sabes la importancia de llevar tu presupuesto personal mensualmente y seguro entiendes el valor que le aporta a tus finanzas y por qué es una práctica elemental de las personas con éxito financiero y de muchos negocios. ¡Sin duda es el primer paso para tomar el control de tu dinero!
No te desesperes si al primer mes no te es posible ahorrar, es cuestión de constancia y disciplina. Si tienes deudas considera que lo primero que hay que hacer antes de ver resultados es disminuir pérdidas y esto solo se logra pagando deudas. Revisa tus opciones disponibles, si es posible renegociar términos o plazos de la deuda y si es necesario, busca alternativas de financiamiento.
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