Dependiendo de tus hábitos y relación con tus finanzas, pagar una tarjeta de crédito puede ser algo rutinario o motivo de estrés y preocupación. Para evitar que tu caso sea el segundo, es importante conocer y aplicar las estrategias que te permitan llevar una relación sana con tu tarjeta de crédito.
No hay que olvidar que tener una tarjeta de crédito no es un sinónimo de deuda inmediata. De ser así, seguramente no hubieras adquirido una tarjeta de crédito en primer lugar.
Así que el primer paso para pagar una tarjeta de crédito es hacerlo con la mejor disposición y recordando las ventajas por las cuales decidiste adquirirla como:
· Dejar ciertas compras a meses sin intereses (¡ojo con no excederte!)
· Tener un método de pago en línea
· Aprovechar el programa de recompensas
· Generar un historial crediticio
· No cargar efectivo
· Etc…
Sin importar cuál o cuáles de estas ventajas te parezcan más relevantes, el truco es tenerlos en mente cada vez que vayas a pagar una tarjeta de crédito. ¿Por qué? Porque al tener una mejor actitud hacia el pago de tu tarjeta es más probable que mejores la forma en la que la manejas.
Recuerda que al final del día nuestras emociones tienen un gran impacto en nuestras acciones.
Reconocer los beneficios de tu tarjeta no implica que te dejes llevar impulsivamente con su uso. El otro lado de tener una buena relación con tu tarjeta de crédito es recordar que, sin moderación, sí hay consecuencias.
Es más fácil acumular deuda cuando se usa la tarjeta “de poco a poco”, sumando varias compras a meses sin intereses, o realizando gastos no planeados con “dinero disponible”, excediendo tus compras en línea, etc. De pronto llega tu estado de cuenta y te preguntas si podrás pagar tu tarjeta de crédito.
Para evitar que eso pase, también debes tener siempre presente cuáles son las consecuencias de no pagar una tarjeta de crédito. Algunas de ellas son:
- Dañar tu score en Buró de Crédito
- Generar intereses moratorios
- Pagar comisiones por pago tardío
- Incrementar tu tasa de interés
- Etc…
Por eso es que vale la pena no sólo adoptar buenos hábitos de gasto, como no usar más del 30% de tu crédito disponible, sino aplicar estrategias positivas para pagar una tarjeta de crédito.
La buena noticia es que muchas de las estrategias para mantener una relación sana con el pago de tu tarjeta de crédito son bastante sencillas. Sólo requieren de motivación y disciplina.
Puede que sí tengas contemplado y listo el pago de tu saldo pero de pronto, después de un par de días agitados, te das cuenta de que olvidaste pagar tu tarjeta. O quizás te confundiste con tu fecha de corte, sobre todo si tienes más de una tarjeta.
Una buena forma de combatir esto es primero dejar marcadas las fechas de corte en tu calendario personal y revisar al día siguiente cuál fue tu saldo al corte. De esta forma puedes empezar a reunir y dejar listo ese dinero antes de tu fecha de pago.
En segundo lugar, te conviene fijar una alarma incluso dos o tres días antes de tu fecha de pago para liquidar tu saldo de forma temprana y evitar que se te pase la fecha. Hay algunos bancos que incluso te mandan recordatorios antes de la fecha pero es más probable que te funcione tu alarma, especialmente si la programas en una hora que te convenga.
Lo ideal al pagar una tarjeta de crédito sería que adoptes el rol de totalero, es decir, que siempre realices por lo menos el pago para no generar intereses, ya que ésa es la mejor manera de aprovechar tu tarjeta y construir un buen historial.
Sin embargo, si por algún motivo no puedes completar este pago procura no irte inmediatamente por el pago mínimo. Recuerda que el pago mínimo es simplemente el monto más pequeño para mantener tu crédito vigente y no caer en mora.
El problema es que al realizar el pago mínimo la mayor parte de éste se va a intereses, comisiones e IVA, y sólo una pequeña parte se dirige a cubrir tu deuda. Así que lo mejor será que al menos intentes pagar más del mínimo para liquidar tu deuda más rápido.
La diferencia con el primer consejo es el enfoque, ya que en el punto #1 lo que buscas es no pasarte de tu fecha de pago. En cambio, aquí lo que se busca es reducir los intereses en caso de que no puedas completar el pago para no generar intereses.
Si en algún punto se te dificulta ser totalero, lo mejor que puedes hacer es pagar la mayor cantidad posible en cuanto pase tu fecha de corte ya que los intereses se calculan a partir de tu Saldo Promedio Diario (SDP). Al abonar desde el inicio del periodo, lo que haces es reducir tu SPD y como consecuencia el costo de tus intereses. Si de inicio sólo puedes dar el pago mínimo empieza con eso y ve abonando cada vez que puedas antes de tu fecha de pago.
Para conocer más acerca de cómo se calculan los intereses revisa nuestro artículo Fórmula para calcular intereses ordinarios de una tarjeta de crédito.
Ser responsable al pagar una tarjeta de crédito no es sólo liquidar tu saldo a tiempo sino pagar las comisiones de la misma. Más allá de las comisiones en caso de atraso, existen otros costos relacionados con las tarjetas de crédito que se nos pueden escapar. El más común es la anualidad.
Dependiendo de qué tarjeta de crédito tengas las comisiones por anualidad pueden ir desde los 200 a los 700 pesos en promedio, o puede que incluso tu tarjeta no cobre anualidad.
En caso de que sí se te cobre la anualidad puedes aplicar parte de la primera estrategia y fijar una alarma con anticipación para que recuerdes que debes contemplar este dinero como parte de tus gastos de ese mes.
De igual manera recuerda que hay otras comisiones eventuales como la comisión por consulta de saldo en un cajero de otro banco, la comisión por disposición de efectivo, por reposición de tarjeta, por apertura de cuenta, etc.
Las estrategias anteriores están más enfocadas a prevenir o mitigar las consecuencias de una posible deuda. Pero ¿qué debes hacer si ya te encuentras en medio de una deuda de tarjeta de crédito?
Si tu objetivo es liquidar tu deuda entonces lo ideal es que dejes de acumular saldo. A lo mejor te parece práctico seguir usando tu tarjeta o te estás enfocando en darlo uso para obtener beneficios pero si ya te encuentras en una situación complicada, lo ideal es que pospongas este hábito por un tiempo.
Primero revisa cuánto te sobra de tu presupuesto mensual después de restar tus gastos fijos y redirige la mayor cantidad posible para liquidar tu deuda. En este caso, algunos expertos recomiendan no dirigir más del 20% de tus ingresos al pago de tus deudas para no desequilibrar el resto de tus finanzas.
Por otro lado, si tienes un fondo de emergencia y tu deuda lo amerita puedes incluso tomar al menos una parte de este dinero para liquidar tu deuda. Sólo recuerda que el objetivo de un fondo de emergencia es cubrir situaciones inesperadas y no consecuencias de un mal manejo de tus finanzas.
De igual manera, si recibes un ingreso extra la recomendación es destinarlo inmediatamente a liquidar tu deuda.
Si los intereses y comisiones continúan encareciendo tu deuda vale la pena que consideres solicitar un préstamo para pagar deudas. En general, las ventajas del refinanciamiento de deuda comienzan por el hecho de que, en comparación con las tarjetas de crédito, los préstamos para pagar deudas ofrecen una menor tasa de interés.
Lo anterior significa que si solicitas un préstamo para pagar intereses, como lo es el Crédito Digitt, podrías estar ahorrándote una parte de tus intereses y salir más rápido de tu deuda ya que estarías destinando un mayor porcentaje para liquidarla.
Además de los intereses existen otros beneficios por los que vale la pena solicitar un préstamo para pagar deudas.
¿Estás listo para mejorar tu relación con el pago de tu tarjeta de crédito? Sólo recuerda que es más sencillo de lo que crees. El desafío está en la actitud y compromiso que tengas hacia tu bienestar financiero.
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